¿Eres una de esas personas a las que les da miedo ir al dentista? Conviene que sepas que esta actitud puede acarrear graves consecuencias para tu salud bucodental. Y es que a nadie le gusta estar tumbado sobre el sillón del dentista con la boca abierta y dejarse desvitalizar o arrancar un diente.
Una buena higiene bucodental comienza por un correcto cepillado. Los dientes deben cepillarse durante dos minutos al menos dos veces al día, aunque lo idóneo sería hacerlo inmediatamente después de cada comida principal, tres o incluso hasta cinco veces atendiendo al número de comidas que se hagan al día. Entre todas las recomendaciones sobre la frecuencia de cepillado la más importante es la de lavarse los dientes antes de acostarse, ya que durante el sueño se produce menos saliva, un agente de defensa vital frente a las bacterias.
La sabiduría popular nos dice que cada embarazo cuesta un diente, supuestamente porque el bebé roba el calcio de la madre… Pero esto es sólo un mito. En realidad el feto no roba el calcio de los huesos y dientes de su madre; cuando lo necesita, lo obtiene de la dieta materna. Por ello, la dieta de una mujer embarazada debe incluir una gran fuente de calcio tanto para la madre como para el bebé.