A todos nos ha pasado alguna vez que, durante el cepillado, nos sangren las encías dejándonos una sensación incómoda en la boca. El motivo principal del sangrado de las encías se debe a la acumulación de placa dental, que puede ser la causante de la gingivitis, una enfermedad que inflama las encías y que si se agrava puede provocar importantes complicaciones como, por ejemplo, la caída de los dientes.
Una buena higiene bucodental comienza por un correcto cepillado. Los dientes deben cepillarse durante dos minutos al menos dos veces al día, aunque lo idóneo sería hacerlo inmediatamente después de cada comida principal, tres o incluso hasta cinco veces atendiendo al número de comidas que se hagan al día. Entre todas las recomendaciones sobre la frecuencia de cepillado la más importante es la de lavarse los dientes antes de acostarse, ya que durante el sueño se produce menos saliva, un agente de defensa vital frente a las bacterias.