Los implantes dentales al igual que los dientes, se encuentran en un medio con un alto contenido bacteriano. La boca tiene millones de bacterias que conviven de forma natural, pero que a su vez pueden causar efectos dañinos si se alojan sobre la superficie dental de una forma exagerada.
Si es que ya lo dice el refrán... “más vale prevenir que curar”. Y el estado de nuestros dientes y encías está muy relacionado con nuestra salud y bienestar. Aprender a cuidar nuestros dientes y adquirir ese hábito desde niños, nos permitiría corregir posibles problemas bucales con sencillos tratamientos y evitar otras enfermedades.